La incombustible vida nocturna de Beirut

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Libano y su archiconocido ambiente festivo, impregnado de altas dosis de tolerancia, ha conseguido sobrevivir a múltiples conflictos durante décadas y sigue siendo todo un referente mundial de la noche.

Entre los sesenta y setenta la leyenda de Beirut como uno de los epicentros de la marcha nocturna mundial se elevó a la categoría de mito. Era un paraíso enclavado en el Mediterráneo lleno de salas de fiestas y discotecas donde se daba cita la flor y nata de las páginas de sociedad de la época. Su ambiente era tolerante y se respiraba libertad.

Hasta durante los años duros de la guerra, que comenzaba a mitad de los setenta y llegó hasta la década de los noventa del pasado siglo XX, los libaneses mantuvieron su vitalidad y lugares de esparcimiento en la zona este de la ciudad en clubes como Key Club, Mandalun o Jet Set. La zona oeste, algo más castigada por proyectiles y morteros, también mantuvo bastiones como el Mecano o el Beachcomber contra viento y marea.

Se cuenta que incluso durante las épocas más duras, muchos atravesaban las barricadas y puestos militares cuando amainaban los bombardeos para cruzar la capital y gozar hasta el amanecer de la fiesta. Múltiples historias, con nombres propios conocidas por todos en la urbe, que demuestran que Líbano nunca renunció a su espíritu cosmopolita y rompedor.

La situación hoy no dista mucho de cualquier calle de una capital occidental donde los jóvenes se arremolinan en bares y cafeterías moviendo el esqueleto al ritmo de los últimos hits internacionales. Subway, Fuel Garage Bar, U-Mail Vox, Radio Music o International Bar son algunos de los locales que han florecido en antiguos comercios de artesanos armenios, talleres mecánicos y tiendas de ultramarinos. Es quizás la joven burguesía cristiana la que más se deja ver por estos ambientes donde restaurantes como Toto y Tavolino se convierten en los mayores reclamos gastronómicos para saborear platos de cocina europea.

Uno de los lugares más punteros del momento es Train Station, un local situado en una antigua estación de tren abandonada a causa de la guerra. Un club donde la fiesta nunca acaba y que ha revitalizado por completo la calle donde se ubica, antes conocida como Río y ahora rebautizada como Armenia. Junto a este lugar han florecido varias salas de exposiciones, talleres de diseño y arquitectura, además de varios centros alternativos de creación artística. Como en muchos otros lugares, este interés lúdico ha disparado precios en locales y alquileres, vaciando muchas de sus antiguas casas de sus vecinos originales, casi todos de origen armenio.

Beirut es una capital mediterránea con un espíritu inquebrantable que podrás disfrutar con toda la calidad y el servicio que brinda Le Royal Beirut Hotel*****, un hotel con todos los estándares y exigencias occidentales, pero que ha sabido mantener todo el sabor y el encanto árabe para el disfrute de sus clientes.

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