El sector turístico en España, lejos de sufrir ninguna crisis, ha registrado un uevo record, en esta ocasión respecto a la inversión hotelera. Este sector llegó a los 4.810 millones de euros en 2018, un 23 % más que un año antes y supone el mejor registro de la historia, según el estudio del mercado elaborado por la consultora Colliers y que ha sido reflejado por la agencia EFE.
La inversión por habitación llegó a ser de 127.000 euros en 2018, frente a los 119.000 euros invertidos en 2017.
Este repunte se produjo por la «elevada presión inversora» en el mercado, según explicó el director de Estrategia de la consultora, Miguel Vázquez.
Las perspectivas para este año centran en el segmento vacacional las mayores inversiones internacionales en hoteles, con una «corrección» del mercado a nivel operativo, un entorno «más normalizado» y una «importante» inversión en reposicionamiento.
Para 2019 los destinos principales para los inversores serán Baleares, Canarias y Madrid.
En 2018, la transacción entre hoteles existentes supuso un volumen de inversión de 4.590 millones, con 273 establecimientos frente a los 182 de 2017, una cifra un 33,9 % superior.
En cuanto a la reconversión de inmuebles para uso hotelero, en 2018 se produjo un descenso en la inversión del 60,1 % con respecto a 2017, con 17 operaciones frente a las 20 registradas en 2017.
Con respecto a la inversión en suelo para el desarrollo de hoteles, el año recién concluido arrojó la cifra de 68 millones y 9 operaciones cerradas frente a las 12 de 2017, un 30,1 % menos.
Las operaciones más relevantes que Colliers destaca en su estudio apuntan a la ejecutada el año pasado por el fondo Blackstone sobre 49 hoteles de Hispania (12.649 habitaciones), la de la socimi de Bankinter sobre 21 hoteles de Atom Hoteles (5.152 habitaciones); y la de Minor sobre 21 establecimientos del Grupo NH (1.685 habitaciones).
El grueso de la inversión en hoteles -el 70 % fue internacional con gran actividad de los fondos de inversión- se registró en el segmento vacacional (dos tercios de la inversión).
Se registró un repunte significativo en los dos archipiélagos (concentraron el 46 %) y un marcado descenso inversionista en Barcelona y Málaga, con caídas en cada ciudad del 50 % en comparación con 2017.
El estudio fundamenta la caída de la inversión hotelera en Barcelona (232 millones frente a 422 millones de 2017) por la situación política en Cataluña.
