Afortunadas, los nuevos “must have” de la temporada

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Entre la moda y el recuerdo o souvenir, nace Afortunadas una colección de bolsos y neceseres que evocan los placeres y paisajes de las Islas Canarias, siguiendo un estilo único y muy personal.

Afortunadas es la apuesta personal de dos emprendedoras canarias: Isabel Torres Quevedo y Andrea Cabrera Kñallinsky, un proyecto que forma parte de su ADN y de su manera de entender el mundo. La firma, cuya idea inicial era crear un producto para quienes visitan las Islas Canarias y convertirlo en un híbrido entre el recuerdo de Canarias y la moda se ha convertido en un “must have” de temporada. Un producto de primera calidad, que refleja la esencia del paraíso.

Un complemento muy pensado que dio lugar a la primera colección de “Pouch”. Fieles a su idea, utilizan materiales naturales y ecológicos como el lino, el algodón o la piel y elementos como las asas y las cremalleras alemanas de óptima calidad. “Buscábamos un producto que nos representara y mostrara de dónde venimos, que enseñara el paraíso y lo hiciera parte de la cotidianeidad de todo el que lo quisiera”, según las propias palabras de sus creadoras.

Isabel y Andrea intervienen en todas las fases del proceso de producción y escogen de manera cuidadosa a los que participan en la manufactura de cada bolso, desde el fotógrafo al que le solicitan la imagen hasta quién imprime la tela, la cose o suministra la cremallera. No se trata de un bolso hecho en cadena, de producción deslocalizada y de géneros baratos. Los bolsos de Afortunadas están elaborados en materiales de primera calidad y las imágenes utilizadas son de autor.

El afán de estas dos empresarias es que sus bolsos, ideales para las noches de verano, para la playa, para guardar accesorios o incluso el ipad; hagan llegar a todos los rincones del planeta la sensación de la brisa marina en la cara, la arena en los pies, el rumor del viento entre las hojas de la Laurisilva, el brillo de las estrellas de uno de los cielos más limpios del mundo, la textura de la lava o el olor de la floración de especies autóctonas tan originales como el Tajinaste. En definitiva compartir, cuidar y respetar el paraíso.

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