Aston Martin | Carácter Británico

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1914 es tristemente recordado por el inicio de la 1ª Guerra Mundial, fue un año convulso como pocos, pero también marcó el inicio de una nueva etapa, se inauguró el Canal de Panamá, entra en servicio la primera línea aérea en Estados Unidos, se transmite el primer anuncio publicitario por televisión en la cadena norteamericana WNBC.

Trasladándonos a Inglaterra, las sufragistas airadas rompen los cristales de la ventana del Ministerio del Interior y prenden fuego al aristocrático pabellón del Lawn Tennis Club .

Un piloto británico, Lionel Martin, que había ganado un año antes la carrera de montaña Aston Clinton, funda la firma Aston Martin. Su coche totalmente artesanal, había sido construido por el propio Lionel y su amigo Robert Bamford. El prototipo venció en la competición, convirtiéndose en rival de firmas como Ferrari, Maserati, etc.

Tuvo que pasar 7 años para que el taller empezara a fabricar deportivos a pequeña escala, y se acuñara el nombre Aston Martin. Durante décadas la firma siguió fabricando deportivos siguiendo esa impronta artesanal. Cada deportivo era una obra de arte de refinada elegancia británica. Tras la 2ª Guerra Mundial, en 1948, David Brown se hace con la marca, y empiezan a crearse los mítico Aston Martín de la serie DB que conocemos en nuestros días.

Si bien Aston Martin continuó   siendo una marca artesanal con pequeñas series. En el período entre 1957 y 2000, su producción no superó las doce mil unidades. En la última década, se   ha incrementado considerablemente el número de unidades. En 2003, la producción ascendió a 1.476 automóviles,   creciendo exponencialmente   en 2004, pasando a 2.400 unidades vendidas,   acercándose al objetivo fijado por Premier Automotive Group -cuando era su dueño-, de cinco mil unidades anuales en 2006.

2004 fue el año en el que se inauguró la fábrica en Gaydon, Inglaterra, que garantizaba esa capacidad de producción. En el 2007, Aston Martin sobrepasó las 7,200 unidades.

Es inevitable cuando decimos Aston Martin, recordar a otro famoso británico. Ambos con la misma impronta de elegancia, velocidad y sublime encanto. Nos referimos por supuesto, al agente de los agentes, James Bond. Él, que a través de los años ha cambiado de rostro, pero jamás ha perdido su varonil encanto, se atrevió en el cine con el DB5. Déjenme recordarles la película Goldfinger   (1964). En esa entrega, fue Sean Connery quien daba vida al apuesto espía,   conduciendo el prototipo original DB5. En películas más recientes, Bond sigue fiel a la marca conduciendo un DBS con tecnología punta, quien no recuerda Casino Royale o, más recientemente, Quantum of Solace, donde al mando de une elegante DBS a todo gas, recorre las calles de Italia siempre perseguido por los malos. Sin duda el agente 007, no sería el mismo sin la velocidad y el estilo que le imprime su Aston Martin.

Actualmente, Aston Martin produce tres gamas de modelos: DB9, con motor V12 de 6 litros; Vantage, con motor V8 de 4,7 litros y 420 CV; y desde 2007 el DBS V12, un modelo de edición limitada con diseño basado en el del DB9. Al igual que el Vanquish (producido desde 2001 a 2007) y el DB9, el Vantage tiene motor delantero y tracción posterior, el Vantage se presentó como un nuevo nivel de entrada a la marca inglesa. En 2009 Aston Martin empezó a fabricar el Aston Martin Rapide, un Gran turismo de 4 plazas.

2012 será el año en que el nuevo V12 Zagato haga su debut. Se trata de la revisión del Aston Martin DB4GT Zagato, 50 años más tarde, una obra maestra de la ingeniería. Han hecho falta más de   2.000 horas de trabajo para darle vida a esta máquina, pieza a pieza. Hablamos de una edición limitada de 150 unidades. Pura artesanía de aluminio y fibra de carbono que recupera lo mejor del One-77.

Con esta nueva genial obra de ingeniería, la firma demuestra   que, ahora más que nunca, Aston Martin está a la vanguardia de la fabricación a medida, la nueva dinámica en el mercado de lujo.

Ya lo decía James Bond: “El mundo no es suficiente…”.

 

 

 

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