Buceo en Cayo Largo

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Muchos encuentran en Cuba el destino ideal para sus vacaciones. Buscan, por un lado, la idiosincrasia del pueblo cubano: su humor, su alegría, el ritmo que se hace baile en cada esquina…del otro, sus calles que parecen haberse parado en el tiempo…y todos buscan sus extensas playas donde los cocoteros buscan reflejarse en las cristalinas aguas.

No hay posible discusión, Cuba tiene a ras de suelo innumerables encantos, pero hay otros afortunados que han descubierto la belleza que se encuentra bajo la superficie. Para los amantes del buceo, Cayo Largo, es un destino obligado. Localizado a unos 177 kms de la Habana, hacia el Sur y separado por 120 kms de La Isla de la Juventud, estos 26 kms de isla escasamente poblada, donde encontramos pequeños hoteles que buscan salvaguardar la “pureza” de la isla con desarrollos pequeños y adaptados a su entorno.

Los amantes del buceo tienen allí más de 30 lugares para su inmersión. La barrera de coral se encuentra a tan sólo 1 km de la costa. En el arrecife, además de la naturaleza viva que se hace la encontradiza con el visitante, es posible encontrar restos de naufragios centenarios y otros más recientes, que despiertan en aquel que los visita, la curiosidad y el deseo de encontrar un botín de corsarios y monarcas.

Los buceadores pueden escoger entre tres áreas de inmersión:

La primera, la más cercana a la costa, en la que abundan muchas especies marinas con un desciende desde los 18 m hasta aproximadamente los 33, ascendiendo de nuevo formando montañas coralinas.

Cerca de Cayo Rosario, con un fondo marino muy peculiar y una profundidad de 18 metros, allí los corales forman un gran laberinto por donde circulan multitud de peces.

Por último, a 48 km al noreste, cerca de la cabeza del Cayo Sigua y el Cayo Blanco, al borde Oeste del Golfo de Cazones. Allí paredes verticales caen hasta más de 200 metros de profundidad. Es fácil encontrar colonias de coral negro, esponjas tubulares y otras muchas especies de peces.

Arriba en la superficie, tanto en el barco como en el bungalow, le esperan el refrescante “mojito” y el sabor delicioso de los pescados y mariscos que llegan al plato directamente del mar. Las tumbonas sobre arena blanca esperan a aquellos que en la orilla quieren seguir disfrutando de este destino paradisíaco.

 

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