Cozumel, (ko zu-mel), su nombre proviene de los vocablos mayas Cuzam (golondrina) y Lumil (tierra de), que se fusionaron en Cuzamil (tierra de golondrinas), y ha llegado a nuestros días como Cozumel. Los mayas se referían a ella como la Tierra de las Golondrinas. Rodeada de las cálidas aguas del Mar Caribe, a unas millas de Playa del Carmen, es uno de los destinos turísticos más conocidos del estado de Quintana Roo.
Asomándonos al pasado, vemos como sus primeros habitantes, los mayas, se establecieron en la isla hace 2000 años. Tuvo su época de gran esplendor, entre los siglos cuatro y diez de nuestra era, donde la isla se convirtió en un importante santuario en la región del Yucatán.
Las mujeres mayas peregrinaban para rendir tributo a Ix Chel, la diosa de la fecundidad, de las inundaciones, de la preñez, del tejido y, tal vez, de la luna, que las protegía durante su embarazo. Otra de las deidades que recibían culto en la Isla era Kukulkán una de las figuras más importantes del panteón maya.
Jugaba un papel decisivo la casta sacerdotal, que ostentaba un lugar muy alto en las clases sociales de la época. A su vez esta casta, estaba fuertemente jerarquizada: el sacerdote supremo era el Ah Kin May o Ahucán May (Señor de la Serpiente), que también era consejero del soberano. Más abajo, los sacerdotes “Chilanes” que eran médicos y se encargaban de atender los requerimientos del pueblo y los “Nacones” quienes participaban de los sacrificios humanos acompañados de lo “Chaques” que además, eran los encargados de prender el fuego al comienzo de cada año.
A cargo de la administración y responsables del desarrollo cultural de la zona. El templo y sus sacerdotes eran el reservorio de los conocimientos ancestrales sobre escrituras, ritos, mitología, astrología, adivinación, profecías. Éste erigido en el centro de la isla recibía el continuo trasiego de peregrinos que traían consigos las eternas preguntas del hombre para ser respondidos por el oráculo.
En la actualidad, Cozumel sigue siendo un fuerte polo de atracción para miles de personas, pero esta vez los peregrinos tienen un tono más lúdico…son turistas, que provienen de diferentes países y buscan paz, sosiego…Cozumel, es hoy por hoy un referente turístico internacional.
Su naturaleza “viva” brota por todas partes: vuela, corre o nada. Bajo las cálidas aguas, se abre un verdadero santuario para los buceadores. Reconocido mundialmente, como uno de los mejores lugares para la práctica del buceo. Esta isla, la más grande del Caribe Mexicano, es una pieza serena, tranquila y, aún, por descubrir. Un paraíso de clima subtropical.
El Gran Arrecife Maya, arrecife de coral que se extiende desde el extremo sur de la isla, es una compleja comunidad donde abunda la vida, cientos de especies coexisten en equilibrio. Todo es un espectáculo que encierra una profunda belleza, no sin dramatismo: la vida y la muerte se entrecruzan continuamente como hilos de un precioso tapiz.
Al sumergirnos descubrimos este escenario submarino donde anémonas y las estructuras coralinas son el habitat de cientos de especies. Observamos al camarón limpiador moteado. Más allá, un poco huraño se pasea el cangrejo ermitaño rojo preocupado de conservar a toda costa su caracola. Nadando sinuosos aparecen tiburones, delatados por su temible aleta dorsal. El tiburón gata, el tiburón limón, el tiburón toro, el tiburón martillo son miembros de una misma familia cuya sola presencia estremece al espectador.
Disfrutamos contemplando la singular cadencia con la que se aproxima raya aguila, la intrépida barracuda abre paso entre las corrientes y la morena moteada se asoma amenazante entre las grietas.
Otros, inofensivos, llenan de brillantes colores el fondo marino: el pez mariposa, el pez ángel azul, el pez damisela, el pez loro reina, pez loro arcoiris. Simpáticas criaturas que junto con las tortugas marinas y los caballitos de mar completan este maravilloso elenco.
No es de extrañar que los buceadores designen este lugar como uno de los mejores lugares para sumergirse. Una experiencia única que ha marcado sus vidas.
Para preservarlo, el arrecife está protegido como parte de un Parque Nacional Submarino, no estando permitido pescar en esta área.
Cozumel sigue y seguirá siendo un santuario, un lugar privilegiado donde contemplar el esplendor de la naturaleza, temperaturas cálidas, brisas suaves y aguas cristalinas.