Director del Instituto Vila-Rovira en el Centro Médico Teknon de Barcelona y pionero en diversas técnicas de cirugía plástica y estética, ha publicado el libro “Cirugía para el Alma”, en el que se atreve a contestar a preguntas tan complejas como qué es la belleza y si es posible conseguir la felicidad por medio de “agujas”.
LOOKOUT: ¿Cuál ha sido su inspiración para “Cirugía para el Alma”?
RAMÓN VILA-ROVIRA: Mis pacientes fueron la inspiración. A lo largo de los años he podido comprobar que en la mayoría de ellos, por no decir en todos, el objetivo inconsciente es mejorar su vida personal e íntima, porque todas las intervenciones que hago de cirugía estética y plástica, tienen una finalidad para mejorar el interior, aunque tiene obviamente mucha importancia el resultado exterior.
LO: ¿La cirugía puede llegar a corregir las heridas del alma?
R. V.-R.: Puede contribuir a ayudar, sí. Pero siempre que sean heridas relacionadas con no sentirse bien por un complejo físico. Si es así, lo resolveremos fácilmente y el paciente se sentirá mejor, feliz y satisfecho. Si por el contrario la herida del alma no tiene su foco en un complejo físico, será bastante más complicado.
LO: ¿Acuden a su consulta personas para solucionar sus problemas de autoestima, matrimonio o para mejorar en su carrera profesional…?
R. V-R.: Sí, muchísimas. Y a esto es a lo que refería en la anterior respuesta, cuando diferenciaba entre los tipos de motivaciones con las que acude a nosotros un paciente. En estos casos, lo más habitual es que el paciente a corto plazo esté feliz, pero a medio/largo plazo siga sintiéndose insatisfecho.
LO: Como usted señala en su libro, para cambiar por fuera es necesario cambiar por dentro: cuestionarse los hábitos, analizar las motivaciones y plantearse la forma de ver la vida. Sólo a partir de ahí, cuando una persona es bella por dentro, puede serlo también por fuera. ¿Qué papel juegan la cirugía y la medicina estética en el proceso?
R. V.-R.: Más que “ser bella por dentro”, creo que lo que marca la diferencia es estar en equilibrio. Si una persona está equilibrada y decide mejorar su cuerpo con la ayuda de la cirugía, todo será más fácil y tendremos muchísimas más probabilidades de lograr la satisfacción total del paciente.
Si, por el contrario, una persona no está equilibrada y vuelca todas sus esperanzas de cambio en la cirugía, lo más habitual es que no obtengamos la satisfacción del paciente. Porque en estos casos su satisfacción no solo depende de los resultados de una cirugía, sino que también estará condicionada por todas las esperanzas que el paciente haya depositado en la intervención.
En el primer caso la cirugía ayudará al paciente a sentirse mejor, en el segundo caso probablemente solo contribuya a un cambio físico.
LO: ¿Qué le motiva, cada día, con sus pacientes en la consulta?
R. V-R.: Todo. Me encanta mi trabajo sobre todo porque cada día es distinto. Pacientes distintos, casos distintos. Me encanta el proceso y me motiva muchísimo el resultado cuando satisface plenamente al paciente.
LO: ¿Cómo descubrió su vocación de cirujano plástico y estético?
R. V-R.: Me abrió los ojos el oftalmólogo Gabriel Pérez-Bufill. Él fue quien, en los años setenta, me habló de la cirugía plástica como una especialidad con mucho futuro. En ese momento yo acababa de estudiar medicina. Poco después conocí al doctor Jaume Planas y en ese momento fue cuando realmente decidí que quería formarme como cirujano plástico. Fue un flechazo. Quería ayudar a la gente a superar sus complejos o defectos.
LO: ¿Cuál es el perfil tipo de usuario de su cirugía y cómo llega a su consulta?
R. V-R.: El perfil tipo es una persona preocupada por un aspecto de su físico. El paciente más importante es el que llega por el boca a oreja, el recomendado por algún otro paciente al que ya he operado.
LO: ¿Cuál es el precio medio de un tratamiento?
R. V-R.: Cuando se trata de intervención estética la horquilla es muy amplia. Hoy en día podríamos decir que el precio medio se situaría en unos 6.000 euros.
LO: A menudo se cataloga a la cirugía estética de frívola y superficial. ¿Qué le parecen estos calificativos?R. V-R.: Me parece que quien diga esto ignora por completo el sufrimiento con el que acuden nuestros pacientes a la consulta, y nuestro trabajo obviamente.
LO: Aun así hay mucha gente que cree que una intervención estética cambiará su vida casi de forma milagrosa…
R. V-R.: Sí, pero nosotros mismos somos responsables de informar muy bien al paciente e insistir hasta que no exista ninguna duda. Intentamos no intervenir hasta haber dejado claras las expectativas precisa- mente para evitar que el paciente quede insatisfecho.
LO: ¿Cuáles son los principales elementos de innovación en la cirugía del siglo XXI?
R. V-R.: En mi opinión el futuro está en el uso de la propia grasa del paciente. Tiene multitud de aplicaciones y elimina prácticamente todos los riesgos de rechazo, por lo que me parece un auténtico avance. También se está estudiando mucho el tema del uso de células estromales y de células madre.
LO: Viajes y operaciones de cirugía, nuevo concepto… ¿Cuál es su opinión?
R. V-R.: Lo ideal es que una persona se opere cerca de donde viva (máximo a dos horas) porque así el postoperatorio es mucho mejor si tiene al equipo médico cerca de su domicilio.