El turismo Halal, una asignatura pendiente

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Hoy en día hay tantos tipos de turismo como tipos de viajeros. Turistas nacionales, internacionales, viajes románticos, en familia, de aventura o para relajarnos; todo tiene cabida en un mercado cada vez más exigente y que requiere de una continua actualización si no queremos quedarnos atrás.

Uno de los sectores más en auge es el denominado ‘turismo islámico’, un mercado que por sus peculiaridades requiere de un estudio más profundo si queremos contentar a este tipo de visitantes. Un filón económico imposible de obviar y que tiene como piedra angular lo que los expertos denominan el ‘turismo Halal’.

Las empresas turísticas españolas interesadas pueden ofrecer a sus clientes una certificación de turismo Halal expedido por el Instituto Halal, una entidad creada en 1986 por la Asociación Junta Islámica.

Dicho instituto se dedica a regular, controlar y certificar alimentos, productos y servicios elaborados conforme a la Ley Islámica y por lo tanto aptos para el consumo entre la población musulmana.

Cuando un viajero se plantea visitar España se hace una primera pregunta, “¿me será fácil encontrar establecimientos con comida Halal?”. Y la respuesta no es sencilla, es cierto que abundan los establecimientos tipo ‘fast food’ que aseguran proporcionar este tipo de tratamiento en sus productos, pero si lo que se busca es calidad o variedad las opciones son muy reducidas.

Según cálculos del Instituto Halal este mercado  mueve al año unos tres billones de dólares (2,75 billones de euros) en el mundo. De esa cifra, unos 20.000 millones se concentran en Europa, de los que sólo 800 corresponden a España. Una cifra exigua si se tiene en cuenta el gran atractivo que nuestro país supone para los musulmanes conocedores de que sus antepasados gobernaron gran parte de la Península Ibérica durante siglos.

Políticas insuficientes y falta de interés han sido las causas de que España haya estado durante mucho tiempo a la zaga en este tipo de turismo. Otros países como Nueva Zelanda ya reconocieron esta oportunidad de negocio hace tiempo. De hecho este país impulsó en 2012 una guía de gastronomía Halal, obteniendo un incremento del 141% en turistas musulmanes.

En España sólo existe un establecimiento hotelero con certificado Halal, situado en la localidad de Marbella, algo que da una idea de lo mucho que queda por hacer en este sector. El rico patrimonio cultural islámico no es suficiente para atraer a estos visitantes que demandan ambientes denominados ‘muslim friendly’ y que abarca desde la gastronomía hasta facilitarles lugares adecuados para sus rezos.

Por fortuna, la situación tiene visos de dar un vuelco en breve ya que según el citado Instituto ya hay 300 empresas, sobre todo del sector agroalimentario, que han tramitado su certificado de conformidad islámica, según el Instituto Halal. Una buena nueva que se completa con los datos aportados por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que en sus últimas estadísticas afirman que en 2014 llegaron a España 1,15 millones de visitantes procedentes del mundo islámico, un mercado que crece un 8,5% cada año.

Prueba de estos avances es la certificación Halal que tienen los restaurantes Black&White, Carpaccio, Aretusa 1 y La Marina, pertenecientes al grupo Blue Bay y situados en el privilegiado enclave de Puerto Banús. Gastronomía Halal, calidad y lujo se aúnan en estos establecimientos que son muestra de nuevos tiempos.

Unos datos muy esperanzadores que permiten pensar que en breve España remontará posiciones en este tipo de mercado.

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