Los datos avalan que este formato se impondrá como hegemónico en las redes sociales en cinco años y que las marcas deben tomarlo en serio en sus estrategias de marketing
YouTube tiene más de mil millones de usuarios en todo el mundo. Instagram tiene 400 millones de usuarios activos y cuando puso en marcha la posibilidad de publicar videos, se compartieron más de cinco millones en 24 horas. Snapchat tiene más de 100 millones y se comparten en ella dos billones de videos diarios.
Las cifras hablan por sí solas. Y van aumentando cada día. De hecho, Facebook apuesta por la hegemonía del formato video dentro de cinco años. Su vicepresidente para Europa y MENA, Nicola Mendelsohn, afirmó que las publicaciones de la mayor red social del mundo “probablemente sean todas en video” en los próximos diez años y que en cinco años se basarían principalmente en el video para móviles.
De hecho, las reproducciones de video en Facebook han pasado en un año de uno a ocho billones al día. Sus usuarios visualizan una media de 100 millones de horas de video el móvil al día y los videos en directo reciben diez veces más comentarios que los ya pregrabados.
Por su parte, YouTube también supera sus propios récords. Una visualización media en el móvil dura 40 minutos. En Estados Unidos, los usuarios de entre 18 y 34 años están más tiempo en YouTube que viendo la televisión.
El director de negocios de YouTube, Robert Kyncl, declaró hace unos meses durante la celebración del Consumers Electronics Show que el video online superará a la televisión a finales de esta década. Kyncl basó su argumentación en un estudio de Nielsen el cual demostró que el punto más alto de visualización de la televisión se registró en el curso 2009-2010. Desde entonces, estos datos no han hecho más que bajar.
Empresarialmente, casi el 50% de las marcas tienen presencia ya en Instagram, una de las últimas redes sociales en subirse al carro del video. Entre las 100 mejores marcas a nivel mundial, el 90% ya tiene cuenta. Y más de un tercio de sus usuarios han usado el móvil para comprar un producto online.
Con todas estas cifras no es de extrañar que el video se esté convirtiendo en el formato favorito para el marketing digital. Los datos corroboran que, con el video, las tasas de conversión aumentan, el posicionamiento en buscadores mejora y los usuarios participan más.
Las marcas empiezan a tomar el video en serio. Los posibles clientes suelen confiar más en los videos que en los contenidos de texto e imágenes. Los videos promueven una mayor cercanía al cliente al mostrar una imagen más real y cercana de las marcas. Así, estas consiguen uno de sus grandes objetivos, transmitir mayor credibilidad y conseguir la fidelización de sus clientes.