El Real Alcázar de Sevilla, un monumento que ha recibido más de dos millones de visitas durante el año pasado, va a implantar un sistema de venta de entradas nominativas para evitar el fraude en la reventa y las largas colas que se forman habitualmente.
Con las entradas nominativas se pretende acabar con la reventa de entradas, una práctica de algunas empresas, que las adquieren de forma masiva y luego las revenden a un precio superior al oficial, que es de siete euros.
El concejal de Turismo Antonio Muñoz, ha mostrado su esperanza de que con este nuevo modelo, que se pondrá en marcha en primavera, también se eviten las largas colas y que la entrada al monumento se haga de una forma «más ordenada y menos agobiante».
Para el cambio de modelo de las entradas está previsto que se construyan unas oficinas de ventas en el Patio de Banderas, que estarán operativas en los próximos meses, han anunciado el concejal y la directora del recinto, Isabel Rodríguez, quien ha vaticinado que el año 2020 será «un punto de inflexión» para entrar al palacio.
El Alcázar superó en 2019, por primera vez, los dos millones de visitantes, y el 60 % de la venta de las entradas se hizo a través de la página web del Alcázar, que es el único canal de venta autorizado.