Crucero a Vela en el Caribe

0

La vida me ha regalado muchas experiencias, pero puedo deciros que la navegación a vela ocupa en el cuaderno de bitácora de estos años de vida un lugar muy especial. Ha sido una de las experiencias más edificantes que he tenido la dicha de acumular.  En mi velero seducido por Eolo , en medio de la inmensa soledad azul, manteniendo el timón firme en el rumbo, he escuchado el rumor del agua sobre el casco, he saludado agradecido a los delfines que me han hecho sentir uno de ellos entre guiños y sonrisas de la manada.

Hay mares bellos, donde el atardecer y el amanecer me han robado por instantes el aliento. Pero, si hay unas aguas que vuelvo y vuelvo a surcar incansablemente, son las aguas cristalinas del Mar Caribe.

El Caribe es un paraíso para los que aman la vela y el mar.  Sus islas, calas y playas son atraques magníficos, donde nos parece descubrir de nuevo el paraíso.

Su clima tropical nos garantiza temperaturas entre los  25 – 30 grados centígrados. Entre diciembre y mayo es la época seca y de junio a noviembre, es la temporada de lluvias, pero esto no significa mal tiempo, tras la intensa lluvia tropical que dura unos minutos vuelve a lucir el sol. Sus cálidas aguas oscilan entre los  25º y 28ºC de temperatura.

Los Alisios han sido en todos estos viajes magníficos aliados y perfectos compañeros de viaje. Soplando generosamente con una intensidad de 15 nudos de este a oeste. Se hace fácil  navegar de una isla a otra con buen viento y fondear en las zonas de sotavento de cada isla, en calas y playas muy seguras, para pasar la noche arrullado por el mar y descifrando los enigmas que dibujan las pléyades en el cielo.

Salvo excepciones, es recomendable navegar por la parte de sotavento de las islas. En la parte de barlovento de las islas hay playas muy bonitas, pero os aconsejo dejar el barco fondeado a sotavento y dirigirse a barlovento para llegar hasta ellas a pie, en bici o en taxi.

El Mar Caribe nos ofrece un mosaico de diferentes islas llenas de contrastes: etnias, lenguas, culturas, desarrollo . En algunas, podremos atracar en marinas en la que dispondremos de todos los servicios náuticos que el más exigente de los marinos puede solicitar. En otras, sólo naturaleza viva, pudiendo identificarnos con los intrépidos marineros que surcaron estas aguas siglos atrás.  Mi consejo es aprovisionaros en aquellos lugares que disponen de infraestructura suficiente y hacer acopio de combustible, agua, hielo, y suministros. Esto os permitirá poder disfrutar de la naturaleza salvaje en vuestra próxima etapa.

¿Qué podéis hacer en las aguas del Caribe? La lista es inagotable…

Desde el “dolce far niente” dejando que la vida pase inexorablemente sobre las arenas blancas de la playa,  bucear en arrecifes coralinos donde la belleza de sus especies os dejarán atónitos,  adentraros tierra adentro, para descubrir montañas, descender por caudalosos ríos, asombrarse ante la vida que bulle en selvas  y manglares,  bañarnos en una cascada,  jugar como niños en saltos de agua, soñar con batallas de corsarios en fortificaciones amuralladas… disfrutar del atardecer en el chiringuito de una bonita playa, mientras te mantienes en lucha con las pinzas de una langosta que, recién extraída del mar, llega a tu mesa.

Si te decides a viajar entre los meses de agosto y noviembre, puede que tengas que agregar un elemento más a la aventura, se llama HURACÁN. Para evitarlo, sólo tienes que estar atento al servicio meteorológico de los Estados Unidos que tiene una cadena de servicio meteorológico. Cuando se inicia la depresión atmosférica, la noticia se difunde en emisoras de radio locales y en frecuencias marinas. Las empresas de servicio náutico indicarán al navegante el lugar más seguro donde permanecer durante el temporal.

Vivir el mar, vivir el Caribe será una de las experiencias más gratas que solos, en pareja o en familia podáis disfrutar. Descubrir cada día como un regalo, como una aventura es el mayor tesoro que estás islas nos puedan regalar.

Share.

About Author

Leave A Reply