Luxemburgo es una de las capitales europeas más bellas y sin embargo menos descubiertas por el turismo. Se trata de una ciudad con cierta fama de seria y sobria pero en realidad esconde miles de rincones que merecen la pena ser descubiertos.
Pasear por esta ciudad a pie es todo un placer. Es de reducido tamaño y está situada sobre importantes desniveles si bien en los puntos estratégicos encontramos ascensores que facilitan la movilidad y nos dan un respiro.
La ciudad fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1994 y su casco antiguo a base de murallas y fortificaciones es único en Europa. La parte vieja se divide en dos, las llamadas ‘Ville Haute’ (Ciudad Alta) y ‘Ville Basse’ (Ciudad Baja) que juntas suman la parte más transitada de la ciudad y que está llena de tiendas y cafeterías.
Los diferentes puentes para unir distintos barrios es una de las características de esta capital cruzada por los ríos Alzette y Petrusse. Los hay de todos los tamaños y además de su uso normal se convierten en unos improvisados y magníficos miradores.
Pasear por el Casco Antiguo es adentrarse en un cuento de edificios color pastel y edificios con torreones a través de estrechas callejuelas peatonales.
No hay que olvidar que estamos en la cuna de la Comunidad Europea y eso se nota en el ambiente. La ciudad cuenta con un Barrio Europeo donde se encuentran las sedes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal de cuentas Europeo, entre otras. Un barrio en el que además se ubica el Museo de Arte Moderno y sobre el que se levantan edificios de vanguardia que contrastan con la parte vieja.
Una de las estampas más bellas se consigue desde La Corniche un largo paseo que enlaza el Plateau du Saint Esprit con la Rock de Bock y que se ha calificado como ‘El Balcón más bello de Europa’. En este recorrido podemos disfrutar además de magníficas mansiones.
Otra de las características de Luxemburgo es su ambiente cosmopolita y la diversidad de idiomas que se habla en sus calles debido a su condición de sede europea.
En esta ciudad también hay sitio para los amantes de la vida nocturna. En el barrio bajo del Grund encontramos un toque bohemio e informal que lo hace ideal para salir de marcha y que cuenta con una amplia cantidad de bares y terrazas.
