Para muchos viajeros la parte delantera del avión siempre ha sido el objeto de deseo. Un lugar donde se viaja disfrutando de todas las comodidades, atendidos en todo momento sin que nos falte de nada.
Pues bien, últimamente los precios de primera clase han bajado considerablemente en comparación con los que se ofrecían hace tiempo. La semana pasada, una columna en el Wall Street Journal’s Middle Seat contenía un reportaje sobre las tendencias en estos precios para atraer al cliente y motivar la compra de asientos en primera. Los datos del artículo proceden de la Airlines Reporting Corp, tras analizar alrededor de 200 millones de tickets vendidos desde principios de 2012 hasta finales de abril de 2015. Harrel Associates, consultora que monitoriza las tarifas de vuelo según las peticiones del público, también ha aportado sus datos para la redacción de esta columna.
Actualmente, la diferencia entre los asientos de vuelo regulares y los de primera clase es mucho menor que hace años, según el artículo. El pasado mes de abril, la diferencia entre estas cantidades en relación con vuelos regulares fue de 577 dólares, mientras que en abril de 2012, la diferencia fue de 805 dólares. Las aerolíneas también ofrecen mejoras en los precios para este tipo de vuelos de entre 100 y 200 dólares.
Los vuelos en primera clase funcionan como en un juego donde alguna de las partes puede perder. En este caso, las aerolíneas no venden tanto con los precios normales que con los descuentos recurrentes. Está claro que vendiendo estos asientos a un precio más barato, le siguen ganando dinero. De este modo, los asientos de primera clase ya no son inalcanzables, como lo eran antes pero, pudiendo perder la categoría y exclusividad que tenía anteriormente, sólo para los clientes más fieles y exclusivos.