La región egipcia de Sharm el-Sheikh da respuesta a los múltiples gustos de quienes la visitan
Naturaleza y relax en un sitio casi desconocido. Si ese es su objetivo, Sharm el-Sheikh es el lugar perfecto al que acudir. Al sur de la península del Sinaí, ofrece un sinfín de actividades que combinan el turismo de sol y playa, el desierto y el buceo en el Parque Nacional Marino Ras Muhammad.
La ciudad, conocida por acoger cumbres de alto al fuego y acuerdos de paz entre israelíes y palestinos, es el destino perfecto para aquellos que buscan arena blanca y aguas cristalinas. Increíbles resorts ofrecen todo lo necesario para que el relax esté cuidado con todo lujo de detalles.
Si se quiere combinar el descanso con actividades acuáticas y descubrir los coloridos fondos marinos alrededor de Sharm el-Sheikh, Ras Um Sid, Ras Nasrani, Shark Bay Jackson Reef y Gordon Reef son los mejores lugares a los que acudir.
Pero, sin duda, es Ras Muhammad la joya de la corona. Parque Nacional protegido y respetado por sus visitantes, fue declarado como reserva para la protección de la fauna marina y terrestre en 1983 por la Agencia Egipcia de Asuntos Ambientales (EEAA). La pesca y otras actividades humanas están prohibidas. Es debido a esto que Ras Muhammad conserve uno de los mejores arrecifes de coral del mundo y miles de especies marinas. Un regalo para la vista y los sentidos.
El parque cuenta también con las islas de Tirán y Sanafir, a medio camino entre Egipto y Arabia Saudí, y que poseen bonitos arrecifes y cuevas subterráneas que contrastan con las secas arenas del exterior.
Obviamente, en Sharm el-Sheikh el desierto también es otro de los grandes atractivos. Un paseo por él montados a camello o en todoterreno es actividad obligatoria si se busca una total experiencia de contrastes.
Por otro lado, si el tiempo lo permite, es muy recomendable coger el coche unos 300 kilómetros y visitar el monasterio de Santa Catalina, Patrimonio de la Humanidad y que cuenta con la mayor colección de códices y manuscritos después de los Museos Vaticanos.
A 100 kilómetros de distancia del monasterio encontramos el Cañón Coloreado, que hace comprender que la naturaleza no sólo es bella cuando en ella hay vegetación o agua. Se trata de una de las mayores formaciones rocosas del mundo, se extiende a través de unos 30 kilómetros y llega a medir hasta 40 metros de altura. Impresionantes son las tonalidades rojizas y moradas de sus paredes, que bien hace recordar al famoso Cañón del Colorado americano.
Ya sea el desierto, la playa o las profundidades marinas, es cierto que Sharm el-Sheikh es un lugar merecedor de ser descubierto.
Dónde alojarte: BlueBay Savanna***** en Sharmk el-Sheik (nueva apertura).