En la península de Yucatán, a tres horas de Cancún, se encuentra un pequeño pueblo de pescadores llamado Las Coloradas que ofrece un paisaje digno de un pintor impresionista. Con el sol de la tarde es posible apreciar el color rosado de esta ría (desembocadura de un río inundado por el mar), producto de las sales y microorganismos que se encuentran en el agua. Este color es lo que da origen al nombre de la localidad.
Te puedes bañar en las playas, aunque la concentración de sal podría hacer que sientas picazón en la piel. Sus playas fueron declaradas zona de protección y son reconocidas como Santuario. Aquí llegan a desovar 3 de las 7 especies de Tortugas Marinas que existen en el mundo: la Carey, la Blanca y la Caguama. En estas playas sólo se permiten actividades de investigación, recreación y educación ambiental.
Con una población de apenas mil habitantes, el pequeño puerto de Las Coloradas fue, desde tiempos prehispánicos, un sitio dedicado a la producción de sal y actualmente cuenta con una de las más grandes salineras de México. Puedes continuar tu recorrido con una visita guiada por las fábricas de sal, donde verás montículos de sal tan blancos como la nieve.
En esta zona habitan flamencos, aves esbeltas de color rosado y pico alargado que con sus colores hacen juego a los destellos rosas del agua. Puedes apreciarlos en algunas de las visitas guiadas que ofrecen los pescadores del lugar.
El pueblo es pequeño y la hospitalidad de sus habitantes se deja sentir. Al no contar con infraestructura turística muy desarrollada, es posible que si le preguntas a algún local por un sitio dónde comer, te ofrezca comer en su casa.
Desde aquí también es posible ir a Río Lagartos, que se encuentra muy cerca y que es una reserva natural de la biósfera, aunque lo más probable es que necesites más de un día para recorrer ambos sitios para disfrutarlos en toda su plenitud.
